Mira que le he dado vueltas y vueltas, pero solo llego
a una conclusión: lo de Alberto Ruiz Gallardón no tiene nombre. Hace tiempo,
leí una entrevista que le hicieron a su padre, José María Ruiz Gallardón
(miembro del CEDA, diputado por Coalición Democrática, Coalición Popular…) que
decía: “¿conservador yo? Teníais que conocer a mi hijo, Alberto”.
Desgraciadamente,
le conocemos. Y, le digo yo, Señor Ruiz Gallardón padre, que lo de su hijo no
tiene nombre. Que su hijo se ha empeñado en seguir la cruzada antiabortista que
usted inició porque se trata de un hombre injusto, soberbio y cruel. Me basta
solo con ver como tiene el Ministerio (el de Justicia), que está patas arriba y
con mil casos abiertos de corrupción en este “santo” país, pero parece que nada
es tan primordial como el legislar sobre los derechos de las mujeres. Así que,
su hijo (como ya hizo usted) se ha centrado en sentar unas bases legales, ya
superadas hace tiempo, para reducir los derechos que tienen las mujeres para
decidir sobre su cuerpo; pero como le parece poco, su hijo, en su afán de
superioridad, se ha proclamado con la capacidad
de decidir sobre la vida de las personas; cualidad que hasta ahora las
personas católicas creían que solo poseía Dios y práctica que desgraciadamente
llevan a cabo en algunos estados de Estados Unidos (la tierra de las
libertades) algunas personas con la misma soberbia y maldad que su hijo.
Evidentemente, Gallardón hijo, no habla de todas las vidas, se centra solo en
las mujeres, un síntoma más de su odio hacia el 53% de la población (que somos
las mujeres). Hacia ellas (nosotras) dirige todo el golpe. Las mujeres no pueden
decidir sobre su cuerpo; pero, es más, su vida es secundaria no solo ante los
hombres, sino también ante un conjunto de células por formar y tienes que estar en el último soplo para que te permitan tratamientos que salven tu vida. No me extrañaría
que de aquí a un tiempo, el Ministro de Injusticia, que tiene capacidad de
priorizar unas vidas sobre otras, generalice esta ideología y la extienda a
otros tipos de células. Se me ocurren células malignas (cancerígenas) y que
proponga medidas legales que digan que éstas tienen vida (que la tienen) y que
vale más que las de las mujeres.¡Ah, y también está lo del aborto eugenésico por discapacidad!
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