En 2014, saldrá el nuevo diccionario. Un diccionario en el
que se propone que eres huérfana o huérfano cuando se muere tu madre y/o tu
padre, antes lo eras más cuando sólo cuando se moría tu padre. Por fin, dejaran de afirmar
que lo femenino es débil o endeble y, por tanto, lo contrario de lo masculino
que hasta ahora era ser enérgico. ¡Madre mía, esto es así a día de hoy! ¡Hay
que esperar a que sea 2014 y salga el diccionario! Por fin, ya habrá
posibilidad de ser enterradoras, alfareras, herreras, costaleras, soldadoras…
porque hasta estábamos vetadas por este diccionario.
A pesar de las mejoras, pervivirán definiciones como la de
mujer que es persona del sexo femenino (recordad lo que significa a día de hoy
la palabra femenino) y hombre como ser animado racional. Un padre seguirá
siendo el macho que engendra y el cabeza de familia; y la madre seguirá siendo
la hembra que pare y, una madre de familia será una madre casada o viuda. Y
seguirá siendo el sexo débil el conjunto de las mujeres, mientras que de los
hombres será el sexo fuerte o feo.
Y, ya veis, aunque hay algunas mejoras siguen abundando los peyorativos
en femenino aunque la gran mayoría de palabras que contiene sean en masculino.
Y, sí, siguen teniendo ciertas dificultades para incluir cambios en lo que
respecta al femenino y a términos relativos a la moral, al físico y, por
supuesto, a lo sexual.
A mí no me parece que estas dificultades sean arbitrarias
sino que, desde la RAE, se empeñan en mantener un orden establecido, un orden
jerárquico donde lo masculino es tomado como referencia y lo femenino como algo
secundario que aspira a ser como la norma. Somos el 53% de la población y si la
RAE quiere cumplir su función de reflejar la realidad debería quitarse el velo
carca, tupido y misógino y abrir los ojos a la diversidad y, además,
respetarlo.