Creo que el género mismo es la violencia, que las normas de masculinidad y feminidad tal y como las conocemos, producen violencia.

-Beatriz Preciado-

domingo, 13 de julio de 2014

Me refiero a ti

No hay nada peor que los efectos de una crisis que te hacen sentir que ya no formas parte. Y, yo… yo quiero formar parte. Y, entonces ella me preguntó. Yo respondí que yo no podía, yo no sabía, había pasado mucho tiempo. Pensé que era hablar de las otras. Pero ella, me señaló: me refiero a ti. Justo en ese momento me dí cuenta. Soy un buen ejemplo del efecto de la crisis en las mujeres. Antes de la inventada crisis económica que, en definitiva, ha sido humana, yo era una mujer que ocupaba un cargo de responsabilidad,  tenía trabajo estable, con buen sueldo y  buen horario. A día de hoy, soy una mujer que se dedica al funambulismo. Camino por la cuerda floja y me manejo en la inestabilidad. Y, en esas ando, buscando un poquito de precariedad. Porque no hay nada peor que los efectos de una crisis que te hacen sentir que ya no formas parte. Y, yo… yo quiero formar parte. 

Perdí mi trabajo y me dediqué a buscarme, reinventarme y hacer todo lo posible para que esta crisis no hiciese mella a nivel personal más de lo que era necesario. Me hizo replantearme mil cuestiones y tomar decisiones que de otra forma no hubiese tomado. Encontré en el camino a quién camina a mi lado, encontré que me preocupaba por personas a las que yo no interesaba. Me ilusioné en proyectos en los que entregué mi trabajo mi energía y mis expectativas sin obtener nada a cambio. Me entregué a  ilusiones que, en principio, sonaban a igualdad y me cuestionaron hasta lo personal para despojarme de las miguitas que me quedaban. Y, así, me vi abajo y así me escuché. 

Alcé mi voz pero desde el anonimato. Veía como mis ideas se respaldaban e, incluso, había quiénes las defendían. Yo seguía en el anonimato y, aun así, había quién me ofrecía su rivalidad por parecer mejor que yo. Aprendí a no gastar fuerzas en esos pulsos que no me interesaban. Tomé más decisiones, algunas que no me gustan y otras que me hicieron crecer. Descubrí que de mis miguitas, salían raíces y que sí, hay personas que también las veían. Ahora sigo buscando mi forma de no depender, mi salto al vacío al mundo laboral. Me rodeo de quiénes me miran con aprecio y me alejo de aquello que me desgasta. He visto miradas que lucen por mí y, lo mejor, mi mirada también luce pero es más fuerte, más valiente y más violeta.

0 comentarios :

Publicar un comentario

La editora no se hace responsable de los comentarios vertidos por terceras personas. No se permitirán comentarios ofensivos. Se pide el máximo respeto.